En Japón los únicos que no hacían reverencia al emperador eran los maestros porque estos sabían que sus enseñanzas los engrandecían.
Aunque es una fecha impuesta por el calendario escolar, los docentes celebramos cada día, con cada clase que preperamos, con los triunfos y las caídas, con el logro de cada alumno que regresa para contarnos sus avances. Es importante recordar que "enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad"(Paulo Freire). Nuestra Patria necesita de la generosidad de los educadores para formar a los futuros dirigentes, desde el ámbito que opten, para contribuir a la lucha de nuestros antepasados y de quienes en este momento están conduciendo nuestra sociedad.
